Subaru reduce la inversión en vehículos eléctricos y prioriza los híbridos en medio de la demanda cambiante

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Subaru está recalibrando su estrategia de electrificación, reduciendo su compromiso con los vehículos totalmente eléctricos (EV) y reorientando la inversión en tecnología híbrida. Este cambio se produce cuando la demanda mundial de vehículos eléctricos se debilita y los incentivos gubernamentales se reducen, particularmente en mercados clave como Estados Unidos. La medida refleja una tendencia más amplia entre los fabricantes de automóviles que reevaluan sus cronogramas de vehículos eléctricos en respuesta a la evolución de las condiciones del mercado.

Desaceleración de la demanda e impacto de las políticas gubernamentales

El presidente de Subaru, Atsushi Osaki, anunció que la compañía reconsideraría su inversión prevista de 1,5 billones de yenes (~14,86 mil millones de dólares australianos) en electrificación futura, a pesar de que ya ha asignado ¥300 mil millones (~2,98 mil millones de dólares australianos). La decisión está impulsada por la creciente demanda de vehículos híbridos y una reevaluación de la tecnología de los motores de combustión interna (ICE). La compañía retrasará la inversión en producción en masa de vehículos eléctricos a gran escala mientras reasigna los fondos existentes.

El cambio es en parte una respuesta al fin de los incentivos a la compra de vehículos eléctricos en Estados Unidos, que representan más del 70% de las ventas globales de Subaru. La decisión de la administración Trump de eliminar hasta 7.500 dólares estadounidenses en créditos fiscales para vehículos eléctricos ha tenido un impacto significativo en la demanda.

Tendencia más amplia de la industria

Subaru no es el único que está ajustando su estrategia de vehículos eléctricos. Toyota, Mazda, Honda, Porsche, Volvo y Genesis han reducido o retrasado sus planes de vehículos eléctricos en los últimos meses. Toyota, por ejemplo, pospuso la construcción de una planta de vehículos eléctricos en la prefectura de Fukuoka, citando la disminución de la demanda. Nissan abandonó los planes para una fábrica de baterías para vehículos eléctricos en la misma región debido a preocupaciones de rentabilidad. Honda recortó su presupuesto de desarrollo de vehículos eléctricos en un 30%. Porsche revisó sus planes de vehículos eléctricos para incluir más modelos de combustión, mientras que Volvo descartó su objetivo de ser exclusivamente vehículos eléctricos para 2030.

El futuro centrado en los híbridos de Subaru

Subaru ahora equipará una de sus plantas japonesas más grandes para producir vehículos de gasolina, híbridos y eléctricos en la misma línea de producción, lo que permitirá flexibilidad en respuesta a la demanda del mercado. La compañía ampliará su línea de productos para satisfacer diversas necesidades, con nuevos modelos que ofrecerán energía híbrida o ICE en lugar de vehículos eléctricos dedicados. Subaru sigue comprometida con los motores de combustión interna, alineándose con un acuerdo tripartito con Toyota y Mazda para desarrollar motores de bajas emisiones que se apoyan en la hibridación y combustibles sintéticos.

Los últimos modelos híbridos de la compañía, como el Forester Hybrid y el Crosstrek Hybrid actualizado, aprovechan la tecnología de Toyota para mejorar la capacidad y el rendimiento. La línea actual de vehículos eléctricos de Subaru consta del Solterra, y se espera que antes de finales de 2026 el Trailseeker, Uncharted y un modelo no confirmado compartido con Toyota.

Contexto e implicaciones

La industria del automóvil se encuentra en un momento crucial. Si bien alguna vez se consideró que los vehículos eléctricos eran el futuro inevitable, la adopción por parte de los consumidores se ha desacelerado debido a factores como los altos precios, la infraestructura de carga limitada y la ansiedad por el alcance. Los fabricantes de automóviles ahora están cubriendo sus apuestas, reconociendo que los híbridos y los vehículos ICE seguirán siendo relevantes por más tiempo de lo previsto inicialmente.

Este cambio tiene implicaciones más amplias para el sector energético, las cadenas de suministro y las políticas gubernamentales. La transición a la movilidad eléctrica probablemente será más gradual y matizada de lo que muchos predijeron. La industria automotriz se está recalibrando para adaptarse a las realidades de un mercado donde la demanda de vehículos eléctricos aún no sigue el ritmo de los ambiciosos objetivos de producción.

Este ajuste estratégico por parte de Subaru y otros fabricantes de automóviles resalta la necesidad de un enfoque más realista y flexible hacia la electrificación. El futuro de la movilidad probablemente implicará una combinación de tecnologías, y los híbridos desempeñarán un papel fundamental a la hora de cerrar la brecha entre los vehículos ICE y los coches totalmente eléctricos.